miércoles, 3 de abril de 2013

El ducado de Merania


Aunque la historia del ducado de Merania no fue muy larga, tomaron parte en ella linajes nobles extremadamente influyentes. El ducado fue creado en el siglo XII a través de la reorganización de Baviera realizada por los Staufer, empezándose en el reinado de Conrado III y acabando en el de su sucesor Federico I (Barbarroja), quienes gratificaban a sus fieles vasallos y seguidores con dignidades nobiliarias y feudos. En el curso de esta reorganización, Barbarroja confirió el título de duque al entonces conde Conrado II de Scheyer-Dachau de la línea de Wittelbach. Fue en el año 1153 cuando éste fue ascendido a la alta nobleza y nombrado Duque de Merania, un nombre que el ducado hasta entonces nunca había tenido.

La historia de Merania tampoco fue muy larga. Eran tiempos agitados en el terreno político, en los cuales el reparto de poderes podía cambiar rotundamente en el curso de una sola generación. Su existencia duró sólo 95 años. Además del ducado de Merania, Conrado II gobernó Dalmacia y Croacia y fue considerado un soberano muy poderoso. Debido a que en las regiones circundantes gobernaban familiares suyos, el área de influencia de su familia en Baviera fue muy considerable.

Por el contrario su hijo Conrado III llevó una vida retirada, principalmente en Dachau, por lo que se llamó sólo "Herzog von Dachau" (Duque de Dachau). Ya que éste no dejó ningún heredero varón, el ducado fue adjudicado nuevamente tras su muerte.  

Hacia 1180, Barbarroja confirió el título de "Herzog von Meranien" (Duque de Merania) al conde Bertoldo IV de Andechs. Éste tenía ya una relación especial con el nombre del ducado a través de su madre Eduviges, ya que al parecer "Merania" era el nombre de un área de la costa del Adriático, en Istria, que había sido gobernada por el tatarabuelo de Bertoldo por el lado materno.

Los condes de Andechs-Merania eran considerados fieles vasallos del emperador alemán y gobernaban vastas extensiones de tierra desde Baviera hasta ambas orillas del Adriático. 

El último duque de Andechs-Merania, Otón VIII, cayó bajo sospecha de complicidad en relación con el asesinato del último hijo de Federico Barbarroja, Felipe de Suabia, y a raíz de ello perdió su cargo y dignidades. Tal recriminación carece de fundamento desde el punto de vista histórico, pero en aquellos tiempos las intrigas cortesanas estaban a la orden del día. El condado de Merania fue disuelto definitivamente y los feudos se repartieron entre diversas familias nobles.  

La preservación del recuerdo de este breve apogeo ha de agradecerse asimismo a las leyendas cristianas en las cuales algunos miembros de la dinastía Andechs tuvieron un gran papel. El conde Rasso, un vástago de esta familia que vivió en el siglo IX también conocido como Grafrath (que ha dado su nombre a una localidad de Baviera), fue venerado como santo ya en la Edad Media en múltiples ocasiones.

Santa Eduviges de Silesia, originalmente Eduviges de Andechs, fue hija de Bertoldo IV de Andechs-Merania y estuvo casada con Enrique I, duque de Silesia y Polonia. Su vida se describe como ascética y dedicada a la ayuda a los pobres. Ella es la patrona de Silesia y Andechs. Aun más famosa fue su sobrina, Isabel de Hungría. La hija de su hermana Gertrudis de Andechs se hizo famosa en todo el mundo como Santa Isabel. Sobre la extenuante vida de Isabel dedicada a aliviar el sufrimiento de pobres y enfermos circulan tantas leyendas, que aun en círculos protestantes se la considera un ejemplo notorio de vida cristiana. 

Además, en una leyenda heroica que en la Edad Media existió en diversas versiones, aparecía como personaje un tal Berchtung de Merano. Éste es un fiel vasallo del héroe Wolfdietrich, quien debe superar todo tipo de aventuras para imponer al fin su derecho hereditario de soberanía.

En la actualidad, este Ducado se mantiene vivo y regido por su Titular Juan Carlos Herzog von Meranien; quien cuenta con sus tres herederos para preservar este antiguo Titulo Ducal.

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